Un chico de 16 años se confiesa autor del crimen de un amigo en Girona
El joven detnido por los Mossos d´Esquadra en relación a la muerte de josep maria Recasens, y que permaneccía internado en un centro de menores, confesó ayer ante el Fiscal de menores su implicación en los hechos y certificó que realizó el homicidio sólo. Manel Mir, abogado de la familia de Recasens, se declaró «impresionado» ante la frialdad del relaato del presunto homicida.
BARCELONA. El joven de 16 años vecino de Sant Gregori (Girona) y que fue detenido la pasada semana en relación al crimen de Josep Maria Recasens, confesó ayer ante el fiscal de menores su culpabilidad en el caso y reconoció haber cometido el homicidio en solitario. Josep Maria Recasens, de 17 años y tambien vecino de Sant Gregori, fue hallado muerto el día 20 de noviembre en un margen de la carretera que conduce a Canet de Mar con los impactos de tres disparos de escopeta.
Desde su detención el pasado 13 de febrero por la muerte, el menor detenido había sido recluído en un centro de menores de Girona, negando hasta ahora toda implicación en los hechos. La mañana de ayer, sin embargo, tres meses después del asesinato de Josep maria recasens, el joven acusado solicitó entrevistarse con el fiscal de menores para reconocer que, en la tarde del 19 de noviembre, citó a la víctima en un descampado y le propinó tres disparos que le causaron la muerte.
En el curso de su nueva declaración el joven explico que la muerte de Recasens se produjo tras una pelea entre ambos. Después de llamar a la víctima para citarse en Pal de Canet, un paraje frecuentado por los jóvenes de la zona, y una vez reunidos en el lugar, el detenido disparó tres veces a su víctima con una de las diez escopetas de su familia, y después, arrastró el cadáver hasta abandonarlo en una cuneta. Acto seguido, el joven se deshizo del teléfono móvil de Recasens y arrojó por un barranco cercano la moto en la que éste acudió a la cita.
Reconstrucción
Tras declarar ante el fiscal, el menor fue dirigido al lugar del crimen y fue sometido a una reconstrucción de los hechos, en la que explicó donde escondió la moto de la víctima y donde tiró su móvil.
El abogado de la familia de la víctima Manel Mir reconoció sentirse «impresionado» por la frialdad con que el menor explicó su implicación en los hechos. El letrado, un reconocido penalista gerundense, ponderó como el presunto homicida «realizó el crimen caasi sin ningún móvil, efectuando tres disparos y rematando a la víctima» cuando ésta ya se encontraba en el suelo y añadió que a lo largo de su trayectoria como penalista, jamás antes había asistido a un relato tan escalofriante y grave como éste.
Por su parte, el abogado del acusado, Carles Monguilod entendió que tras la presión a que ha sido sometido en los últimos días, finalmente el adolescente ha entendido que debía decir la verdad de lo que pasó» y reconocer su implicación en la muerte de Recasens. El joven, según el abogado que le representa, reaccionó «encerrándose psicológicamente ante la acusación de que ha sido objeto por los mossos d´Esquadra», hostigamiento ante el cual, y según esta misma fuente, el presunto homicida no pudo hacer frente. A pesar de esto, según Monguilod, finalmente «el trabajo realizado por los técnicos del centro donde el joven fue recluído tras su declaración inicial», así como la influencia de su propia familia y de sus propios consejos profesionales, «han forzado un cambio de actitud en el chico que se ha reflejado en esta nueva petición de declarar ante el fiscal».
Durante los tres meses que permaneció sin declarar su implicación en la muerte de Recasens, el jimputado convivió con la familia del chico muerto, e incluso llegó a asistir a su entierro para darle el último adiós.
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